Allí estaba el caminito, con sus piedrecitas, su césped, a los lados, claro está; y un puñado de kilómetros por recorrer que precedían a los incansables pies de nuestros aventureros, que todo sea dicho andaban un tanto perdidos, pero, eso sí, rebosantes de ánimo.
-A ¿cómo comenzamos a andar de esta manera?
-¿A qué te refieres, M, al principio del viaje o a nuestra caricaturesca pose Labordatiana?
-No estoy muy seguro, creo que a ambas cosas.
-El camino, por si no lo recuerdas, comenzó cuando salimos del bar y tú, completamente borracho, me convenciste a mí, perfectamente colocado, de que, tanto Alcobendas como San Sebastián de los Reyes eran dos esferas no tocantes y que para poder llegar a la segunda habríamos de girar a altísimas velocidades sobre la primera para así poder escapar de su fuerza gravitatoria y saltar a la otra donde desayunaríamos para reponer las fuerzas invertidas en el titánico esfuerzo.
-Eso más o menos me suena, pero me sigo preguntando por qué ahora que ya no vamos borrachos seguimos caminando sin rumbo.
-Para evitar la dolorosa y sobre todo costosa frenada a la que nos veríamos sometidos hemos decidido seguir caminando hasta que reduzcamos nuestra velocidad de forma natural y decidir luego dónde ir de una forma ya consciente
-Y, ahora A, podrías explicarme lo de la pose, por favor.
-Es un toque estilístico, nada más; pero no olvides que aún estamos de resaca y por tanto, seguimos alcoholizados, es posible que nos encontremos alguna que otra inverosimilitud; de hecho, ¿ no te parece extraño lo de esa curiosa nube amarilla que nos sigue?
-Lo cierto es que pensé que era el único que la veía y por eso he tratado de someter esta situación al juicio de la lógica, por ver si se trataba de un sueño lúcido, lucido o de una pintoresca resaca.
-Interesante, pero sigues sin explicar lo de la nube
-Tranquilo llevo un paraguas azul, eso nos dará una situación esperanzadora.
-Insistes en no explicarme lo de la nube y todavía no sé por qué.
-¿Recuerdas cuando te paraste en el castillo a saludar a Lemy? Bueno, pues yo aproveché para cubrir mis necesidades fisiológicas con tan mala suerte que todo el agüita amarilla calló en una fumarola y...
-El paraguas ¿es grande?
-Suficiente para los dos, pero deberíamos soltar algo de lastre y creo que podrías dar algo de movilidad a tu mano, ya que el queso que sujetabas, en esta dimensión no existe.
-Era azul, como tu paraguas.
-Lo cierto es que he utilizado un vale de trueque interdimensional e intracromático y lo he trucado.
-¿el queso o el paraguas?
-El queso y conseguí el paraguas; y si dejases de mirar a la nube, tal vez te enterarías de algo de lo que te estoy diciendo.
-No es desidia, es tortícolis, aquella rubia estuvo demasiado tiempo en la misma zona del bar y mi butaca no giraba bien.
-Es lo que tienen las butacas.
-¿rubias colocadas de forma diametralmente opuesta a la zona de reposo de los pies?
-No, bares adheridos donde poder descansar por un precio relativamente justo y de paso tomar una cerveza.
-No te pongas melancólico, que hemos de decidir si bajamos el ritmo y nos la jugamos a que nos alcance la nube o mantener el ritmo algo más de tiempo y buscar una bonita playa donde comer y de paso frenarnos.
-Si de algo estoy seguro es de que aún no hemos almorzado y esas no son maneras de enfrentarse ni a una nube ni al camino hacia la playa.
-No deberías haber trucado el queso.
-Aunque no lo hubiese trucado, en esta dimensión no existen y como mucho tendríamos un aleph donde echarnos a dormir.
-Los alephs tienen buenas vistas
-Sí, pero a mi me crean un poco de ansiedad.
-Eso es la resaca y el hecho de que lleves palillos clavados en los párpados.
-Fue la única manera de convencer al camarero de que no me estaba quedando dormido.
Hemos abierto este espacio con la idea de hablar un poco de motos, un poco de baloncesto y un mucho de comeduras mentales (de esto si que tenemos mucho). Esperamos que os guste, aunque si no probablemente nos dará igual...
30 junio 2006
Quiénes somos y qué proponemos
Cuando ibamos por Ribadesella remomerando el 69 campeonato de descenso del Sella descubrimos que todo aquello que caia al suelo se rompía, ardía y moría todo el mundo que estaba a su alrededor... así que tenemos que compartirlo y vivirlo rápido antes de que todos muramos.
Parece mentira lo que se puede vivir en un fin de semana, bueno 4 días sin dormir y tomando sidra a raudales, lo mejor de todo es que nos vamos a una competición de descenso en canoas y no nos dio tiempo a ver el río, había demasiada juerga por correrse.
Tendremos BALONCESTO, MOTOS Y COMEDURAS MENTALES.
Parece mentira lo que se puede vivir en un fin de semana, bueno 4 días sin dormir y tomando sidra a raudales, lo mejor de todo es que nos vamos a una competición de descenso en canoas y no nos dio tiempo a ver el río, había demasiada juerga por correrse.
Tendremos BALONCESTO, MOTOS Y COMEDURAS MENTALES.
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