18 octubre 2006

Tiempo de motos, siempre.

Hace ya una semana que saqué la cordura del armario y aún no he guardado el cuero, que los sábados por la tarde se agradece; por estas fechas todos los años recibo las mismas y estúpidas preguntas y comentarios: ¿como vienes al trabajo al moto? ¿no le pasa nada a la moto con la lluvia? "ahora también dirás que prefieres la moto al coche". A lo que generalmente contesto con: "el camino sigue siendo el mismo" "en contra de las creencias populares, las motos no encogen con el agua" "me pregunto si cada vez que pasas frío en la cama porque tu mujer te quita la sábana piensas en cambiar de mujer". Es más puedo asegurar tranquilamente que los momentos más emotivos con la moto que recuerdo son de días con una climatología horrible, días de esos que entras en una cafetería perdida en medio de la nada, con los hombros cubiertos de nieve y sin saber muy bien cuantos dedos tienes, y según entras, todo el mundo te mira como si fueras un extraterrestre, hasta que llega otro como tú, que tampoco siente los dedos y a los dos minutos os estais contando batallitas como si fuera tu confesor de toda la vida. Os puedo asegurar que esos días los recuerdo con auténtico cariño. Ahora duermo con el mono de agua a los pies de la cama, los guantes de invierno están a punto de salir y he comenzado a desempolvar mi colección de bragas y demás accesiorios invernales, y eso para nada me quita la sonrisa con que cada mañana salgo del garaje; si acaso me invade una tranquilia alegría al ver que hemos pasado otro año juntos.

Uves para todos

05 octubre 2006

La estupidez, algo fascinante

A lo largo de mi vida me he cruzado con mentes despiertas, creativas, algunas de ellas realmente privilegiadas e incluso brillantes (recuerdo una en concreto que lo era literalmente); que siempre habían despertado en mí admiración y pocas o casi ninguna envidia. Pero lo que últimamente me fascina es la Estupidez ("falta notable en comprender las cosas") y es que, desde luego que si el talento tiene límites y casi siempre acabas hallándolos, la estupidez es infinita, o al menos inmensurable hasta para las mentes más despiertas; y ésto que parece una paradoja (que el listo no pueda medir al tonto) es algo casi mágico; pero no nos confundamos, la estupidez es maravillosa cuando actúa, el mero estúpido que posa al otro lado de la conversación no tiene ningún encanto; es como echar cerveza en un adoquín desalmado (nada que ver con nuestro amigo Marco), se llenará, pero no se embriagará. El estupido resulta fascinante cuando ejerce en consecuencia a su falta de inteligencia, porque el listo es previsible, ya que obra en favor de un razonamiento, a veces, próximo a la verdad; pero el tonto no, el tonto va mucho más allá, o acá, y sólo actúa, aún no tengo muy claro si en consecuencia de una serie de razonamientos totalmente dispersos e inconexos o simplemente por impulsos electromagnéticos convulsimos fruto de la telefonía móvil. Así pues del tonto todo es esperable, abarca el estado absoluto (desvinculado) de la acutación y del razonamiento, mientras que del listo, hemos de esperar pautas y roles de actuación asequibles a los listos; por eso la estupidez no está llamada a ser comprendida por los listos y de ahí que os pido que no desesperéis y disfrutéis del espectáculo.

02 octubre 2006

Deja de mirar ese cadáver

Pues sí, dejad de mirar ese cadaver, coño es un cadaver y de esos hay muchos, así que no entiendo por qué tenéis que estar mirándolo.

La verdad es que hoy en día hay muchos tipos de cadaveres por el mundo y seguro que alguno más que no soy capaz de identificar. Cadaveres:

- Muertos: sí, los que están tiesos porque sus funciones vitales han dejado de funcionar. Motivos varios, pero principalmente por "lesiones incompatibles con la vida" básicamente porque el corazón deja de latir. La verdad es que son los mejores cadáveres pero a veces aún muertos molestan pues cuando están en la calle la curiosidad de la popula crea atascos. Coño es un muerto, en las guerras hay muchos y no se queda la gente mirándolos. Claro, lo de siempre, si está cerca nos duele y si está lejos que le follen. A mi son los que más me molestan sobre todo si me pillan en mi trayectoria con el coche con todos los tontos mirando el cadáver. Este lo vemos todos pero hay más.

- Muertos vivos: éstos son más difíciles de descubir, a pesar de ser más comunes, pero me generan mucha más tristeza que los primeros. Si un tío muere físicamente es una pena pero al fin y al cabo todos moriremos tarde o temprano y lo importante no es morir sino haber vivido dignamente. Pero hay tíos que estando vivos es como si estuvieran muertos porque no disfrutan mínimamente de su vida. Éstos si que dan pena porque les quedan muchos años de vida física pero de muerte cerebral. Es duro de aceptar pero hay gente que vive por vivir y que no hace nada por sentirse más realizado. Lo peor de todo es que cada vez hay más como nos demuestran las audiencias televisivas donde cualquier programa estúpido tiene audiencias sensacionales porque la gente se pone a mirar la tele para vivir la vida de los demás ya que la suya es un asco y cualquiera se levanta del sofa para cambiar tu vida y ser feliz. No entiendo como una persona se puede conformar con vivir físicamente y no hacer nada que le permita salir de una rutina aburrida y simplista que no le da ni una satisfación.

- Muertos futuros: estos son los que más me gustan. Están vivos física y mentalmente aunque saben que moriran pronto. Son aquellas personas que disfrutan de la vida haciendo lo que quieren hacer y lo que deben hacer pero sin dejar que sus obligaciones acaben con su tiempo para disfrutar de la vida. Al final morirán jovenes y no porque desde aquí hagamos apología de las drogas, sino porque la persona que vive intensamente reduce su descanso a un mínimo poco saludable y eso le llevará a una muerte temprada. Pero habrán vivido y cuando sean cadáveres del tipo 1 tendrán una bonita sonrisa a pesar de la gran lesión incompatible con la vida que significa que el corazón deje de latir.

Lo importante no es morir, porque morir morimos todos, sino haber vivido dignamente los pocos años que nuestro cuerpo aguante nuestro ritmo frenético.

-- EXTREME LIVING --