30 septiembre 2007

El eco de los patos

Entiendo que esta duda surge de uno de esos correos que todo el mundo entiende como fuente de conocimiento inapelable y desgraciadamente todos recibimos cada cierto tiempo. Lo primero es decir que nos encontramos ante una "leyenda urbana" pues los patos sí producen eco.
El problema surge porque las variaciones acústicas del graznido de un pato y su eco son muy parecidas y se superponen casi totalmente. Las "variaciones acústicas" son lo que llamamos el timbre del sonido, su convinación de armónicos; aquello que nos hace reconocer la voz de una persona, que aunque emita muchos sonidos, todos van mezclados en una proporción que la hace reconocible, al igual que podemos distinguir una nota tocada por uno u otro instrumento.

En el enlace que adjunto podeis escuchar el graznido de un pato en una cámara anecoica (diseñada para que no haya eco) y otra grabación en una cámara con una gran reververación (diseñada para perdurar lo máximo posible el sonido. Las pruebas se realizaron en la Universidad de Salford (Reino Unido)
http://www.acoustics.salford.ac.uk/acoustics_info/duck/

19 septiembre 2007

¿la codicia venida por la impaciencia?

A mi humilde parecer (¡ja!) y teniendo en cuenta que impaciencia viene a significar la incapacidad para soportar cosas pesadas, malas, incómodas o que tardan mucho en llegar, comencemos por no entender este adjetivo como algo peyorativo para lo que propongo un ejemplo: ¿deberíamos soportar insultos sin motivos? ¿ quedarnos quietos y esperar "pacientemente" a que las cosas nos vayan mejor o mover el culo? ¿debemos esperar con la paciencia del Santo Job a que se nos pase la resaca o tomar un zumo de tomate con sandía y un Gelocatil?
Ahora voy con la codicia, que no viene a ser otra cosa que el afán, desmesurado y vehemente de poseer bienes; es decir , unas ganas terribles por conseguir posesiones, insisto, ganas, no prisas; que yo estoy como loco por jubilarme, pero no quiero saltarme nada de aquí a que me llegue esa edad.
Concluyendo, la impaciencia nos insta a librarnos de las cosas molestas rápidamente y la codicia nos empuja a conseguir más bienes materiales, que bien puede ser de una forma metódica y paulatina, sin prisas, como esa gente que codiciosamente amasa fortunas tras largas y duras décadas decicadas a las más laboriosas estafas.

Distancia al horizonte

Lo primero concretar qué es el horizonte, que entendemos que es esa delgaga línea donde el cielo y la tierra o mar se juntan (el mar nos viene mejor para nuestros cálculos), así pues sería la distancia de la cuerda de limitada por el segmento comprendido en la recta que toca tangencialmente la superficie terrestre para dar a parar contra nuestros ojos (servilleta nº 1, no conseguí pegarla en su sitio, soy torpe). Tendremos en cuenta como medida de una persona media 1,70 m (en mi época los no muy bajitos éramos así) y el radio terrestre de 3740 km y teniendo en cuenta la triangularidad rectángula de R+h, r y x, podemos afirmar tranquilamente la fórmula que detallo en la servilleta nº 2, en la que ya aparece "d" que sería la distancia a recorrer, ya que andamos sobre la curvatura terrestre y no en la línea recta. Calcular arcocosenos de cabeza puede llegar a ser trabajoso si no quedan muchas servilletas, por lo que una aproximación medianamente acertada sería la que hago en el cacho de servilleta nº 3

Servilleta nº 1

Servilleta nº 2


servilleta nº3

16 septiembre 2007

Curiosidades que siempre quisiste saber

En línea con el carácter didáctico del blog, y por qué no decirlo, de nuestras vidas y dada la timidez de nuestros lectores, inauguramos una nueva sección dedicada a resolver con el mayor rigor que podamos todas las dudas que tengáis pendientes de resolver, ya sean del tipo "¿por qué los helados son cremosos? ¿por qué huelen las flores? ¿en qué consiste el estallido supersónico?" o de cualquier otra índole.
Os pedimos que de momento dejéis vuestras preguntas en este post a modo de comentario. Estamos deseando recibir vuestras dudas, que a partir de entonces serán también las nuestras y esperamos resolver lo antes posible, a pesar de nuestros duros trabajos.

P.S: intentaremos ser más breves que los de CPI.

13 septiembre 2007

Vuelta al cole + objeción de conciencia

Ayer los pobres y sufridos niños/as estudiantes/as de nuestra querida, amada, grande y libre España volvían al cole con muchos llantos, algún abrazo y una nueva asignatura llamada "Educación para la ciudadanía".

La verdad es que resulta divertido y curioso como los telediarios se llenan de niños llorando y chicas dándose abrazos de superamigas a compañeras de clase por las que no se han preocupado en los últimos dos meses y medio, y que si se hubieran muerto casi las hubiera dado igual y se hubieran abrazado con la de al lado. Pero este año ha sido más interesante porque nos han obsequiado con alguna entrevista con algún/a objetor/a de conciencia ante la "Educación para la ciudadanía".

Yo personalmente disfrute de una de estas magníficas entrevistas donde una chica muy mona, muy pija y perfectamente aleccionada repetía casi a tono de loro que ella oponía su conciencia ante la ya citada asignatura porque en ésta se quería hacer ver la homosexualidad como algo normal y que evidentemente (vamos, como verdad tautológica) esas prácticas no eran normales aunque estuviesen ahí. Y que claro, que no iba a dar esa asignatura, ni pretendía aprobarla ni nada similar y que por supuesto no se la podía negar el derecho a una educación tal y como deja claro nuestra carta magna.

Personalmente no la negaría el derecho a la educación pero evidentemente jamás tendría su título porque sin aprobar todas las asignaturas obligatorias me temo que no es posible conseguir acabar unos estudios, no?

Vamos a permitir que una persona pretenda no cursar una asignatura concreta simplemente porque esa asignatura dice cosas con las que no está de acuerdo. Si empezamos a permitir estas cosas qué será lo siguiente?

Porque vamos, al igual que el Papi y el PP han conseguido convencer o comprar a esta chica para montar polémica con esta asignatura con el único objetivo de debilitar al gobierno de cara a las próximas elecciones otros pueden optar por oponer su conciencia contra ciencias naturales, no ? pretenden hacernos creer que descendemos del mono y no de Adan y Eva y de la gracia de Dios, no? entonces paso, esa nada, seguimos... historia? de esa también paso porque mi conciencia no me permite estudiar sobre guerras y muertes, que me dan mucha penita esa gente y encima no vienen en la superpop... ummm, por donde íbamos, a sí, filosofía, me van a hacer estudiar a gente que opinan cosas tan raras como que han demostrado la existencia de Dios a través de 5 vías o que dudar de todo nos puede permitir llegar a algo tan importante como saber que Dios existe. Paso paso, además seguro que eso me quitaría tiempo para maquillarme adecuadamente tal y como ordena el gran PP.

Vamos, si lo llego a saber me opongo a estadística en la carrera y me ahorro dos putos años de sufrimiento, joe, si es que no puede ser que sea tan despistado.

07 septiembre 2007

Jueves

Tu cuerpo, un poco más frío que el mío y separados por escasos centímetros generaban una corriente de aire entre los dos que me susurraba que no debía pensar, cualquier neurona debía ser exclusivamente sensitiva, no había tiempos ni preguntas, el próximo segundo no existía y el presente estaba colmado de gozos que no durarían más que eso, un segundo. Otra mañana y con ella el sinsabor tapado por el regusto amargo del café, hoy un poco más cargado de lo normal; cualquier día tiraría esas sábanas. No, me negaba a creer que un sueño había impregnado con su olor mi cama, la cama que desde hacía muchos años, no disfrutaba, sólo usaba, como se pueden usar unos zapatos de trabajo, o una cinta métrica. Maldito fantasma de Canterville y malditos otros muchos cuentos que nos hicieron creer cuando éramos niños que esas cosas podían pasar; de hecho, han pasado ya algunos años y no podría asegurar que son las mismas sábanas, ni siquiera la misma cama. Me lavé los dientes, como cualquier otra mañana, saludé al espejo, no con demasiado entusiasmo, y el paseodoscharcosautobús me dejó en la puerta del trabajo, ocho horas de una sinfonía de faxes y gritos ininteligibles compuesta por un Bartók borracho me llevaron al autobusdoscharcospaseo que me dejó en la puerta de casa; un café, algo de comida y una siestecita en un roído sofá me llevaron a la cama, la maldita cama, y cuando digo maldita, quiero decir endemoniada, mensajera de dioses y condena de mortales, tal vez, este último era mi caso. El sueño, parecido al de siempre, luz tenue sobre gris, la silueta de tú clavícula al contraluz de mi ventana y la yema de mi dedo en la que se concentraban todas las capacidades cognitivas de mi atormentada cabeza. Al amanecer, el perfume, si es que existía se hacía notar más, ahora por toda la habitación; tuve que cargar un poco más el café y acompañarlo con analgésicos, alguien puso música en el autobús, o mi subconsciente quiso darme un descanso del murmullo habitual. Ocho horas de sillas de tortura, que alguien llamó anatómicas, un par de lavativas que otro tapó con pegatinas de café, indescifrables mensajes en minúsculas pantallas y un par de tonterías de alguien a quien ni siquiera conozco me llevaron a mi raído sofá, que si no más nuevo ni limpio, hoy tenía un aspecto, si cabe, más radiante, me senté, algo de música, hoy tocaba música acuática para cenar y para después, acabar la botella de vino con el amigo Sinatra, mientras disfrutaba de un sofá aún más acomodado a mi espalda, me engañaba y lo sabía, aquel sofá era rígido como el mármol y si algo se había adaptado, era mi espalda, algún día deberían colocármela, aunque hace tiempo que dejó de doler. La última copa se la dejé a Morfeo, que pareció rechazarla porque a la mañana siguiente seguía allí, sucia y esas marcas que cualquier demente (¿empezaría a serlo?) confundiría con la huella de unos labios, ironías de los miércoles por la mañana, pensé. Salí de casa con el regusto de algo dulce en la boca y el amanerado sabor de mi colonia en el cuello, había olvidado el café y también el sueño de la noche anterior. Paré, un café, un par de donuts, “pero de esos de la caja negra”, vaya, el niño se había levantado de buen humor y un tanto caprichoso ¿el niño? No, a mí me llamaba de otra manera, por mi apellido; y por primera vez pude ver el letrero del autobús que llevaba años cogiendo. Unas chocolatinas y dos animadas reuniones me llevaron a casa la sonrisa de un tonto, un demente o algo parecido; una cerveza y unos panchitos hicieron de cena y mi monólogo eterno de compañía, una tumbona en la terraza sustituyó la cama y tu tacto mis sueños…