27 abril 2007

El Salón de la Moto

Para la inmensa mayoría no es más que una feria comercial de vehículos de dos ruedas, para unos cuantos es una oportunidad única de contemplar in situ las novedades y modelos que no acostumbramos a ver por la calle, o al menos no tan limpias como aquí. El único fallo de estos eventos es la incompatibilidad con el trabajo que nos obliga a visitarlos en sábado, después de un duro viernes de borrachera o algo peor; en mi caso, la última vez que fui en Madrid, lo hice con los ojos rojos y el estómago destrozado, desgraciadamente no se trataba de una simple y a veces hasta agradable resaca; era algo bastante más jodido, muchos de los que me conocen saben de que hablo, o puede que sólo unos pocos; pero la cuestión es que parece que la historia se repite, para bien o para mal, confío en llegar en un estado anímicamente menos lamentable, porque físicamente no sé yo, de la última vez han pasado unos seis años y no han pasado en balde. Acabaré odiando esta feria, aunque seguiré siendo un apasionado de las motos

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