15 julio 2006

Visita a un colega

Sábado: te levantas con una resaca medianamente prevista y un calor insoportable, echas al buche una ensalda, un par de filetes y mucha fruta más un café, tu cuerpo revive y decides hacer algo con él; así que te pones el cuero y teplanteas visitar a ese amigo tuyo que vive en León y que hace algunos meses que no ves, al principio le llamas para avisarle, pero tras varios intentos fallidos decides que el factor sorpresa estará de tu parte. Efectivamente el factor sorpresa estuvo de mi parte, o más bien, justo a mi lado, dándome collejas, a escasos kilómetros de su casa mi moto decide parar por falta de combustible (parece ser que el consumo por kilómetro es inversamente proporcional al número de radares por vía y yo no lo tuve en cuenta). Llamas a tu amigo para que venga a recogerte y el factor sorpresa te vuelve a sacudir, resulta que no está en León, sino en Galicia, de festival de música celta (y eso que de Madrid para afuera dicen que todo es campo), aún así se pone en contacto con un vecino para que te eche un cable y vienen a por tí con una garrafilla para echar "caldo", cuando por fin llegas a casa de tu colega , su vecino te informa de que su suegra te ha dejado copia de las llaves de casa en un bar, pero no uno cualquiera, sino en "El Plaza" (quienes lo conozca sabrán por qué lo digo) y puedo asegurar que es curioso llegar a un sitio y decir: "hola soy X, ¿alguien ha dejado algo para mí?" y que un par de simpáticas camareras te miren con cara de sorpresa y digan: ¡anda, pero si es X!, con las llaves en el bolsillo y el cuero de la chupa pegado a la piel consigues llegar a casa de tu amigo, junto a la cual te esperan unos vecinos para cenar, sí señor, me invitaron a una estupenda barbacoa y pasé la velada con ellos, para la mañana siguiente volver Madrid con una maravillosa contractura en la espalda, pero con nuevos amigos y algo que contar.
¡Gracias por la cena, lo pasé genial!

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