22 marzo 2009

La impaciencia

Hoy vengo a hablaros de lo perniciosa que es la impaciencia a la hora de afrontar retos o proponerse nuevos logros. La impaciencia a la hora de la espera se muestra como intraquilidad por algo que "no llega" y como tal produce falta de concentración y es fuente de errores. La ansiedad a veces puede hacernos creer que es útil el pasar del estado 1 al 3 por suponer un ahorro de tiempo en llegar al 4 que es donde nos espera el tesoro; pero obviamente no es así y si no, recuerden lo que pasó con aquellos estudiantes de la ESO que pasaban de curso con "puñaos" de asignaturas pendientes, el curso siguiente se les hizo cuesta arriba y no digamos el siguiente. Pensemos también en esos neomotoristas que a la primera que pueden se compran una "R" modelo "Que te cagas sobrepotenciada a tope jacos" y en la primera recta parece que tratan de sacarle las bielas a la moto, con la fortuna de que no da tiempo y antes de que esto pase un bonito muro de hormigón se apiada de la lenta muerte del ingenio mecánico. Como en estas situaciones mi punto de vista respecto a las prisas viene a ser el mismo en casi todo: si te acercas a una chica y le propones sexo lo más probable, aunque sí lo desee, es que rechace tu oferta y aparente sentirse ofendida por el mero hecho de no haber pasado una gincana lexico-etológica, pero no es mi intención dilatarme más en esto sino cometar que por fín tengo un gorro de San Patricio

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