18 julio 2006

Ley antitabaco

Sé perfectamente que éste es un tema ya pasado de moda y que por tanto, y por mucha que pudiera llegar a ser su relevancia ya no tiene ningún interés para el populo (normal, habiendo Gran Hermano y demás basuras como esa quién quiere preocuparse por sus derechos) y es que si dejando un poco de lado el tema legislativo me gustaría hacer una pequeña llamada de antención a los intransigentes no fumadores, a esos que alzan el grito cada vez que uno de sus compañeros (palabra mal usada pues no comparte pan, sino sólo la mano que se lo da) salen a echar un cigarrillo; pues que sepan que si yo, por ejemplo que tardo 3,5 minutos en echar un pito y menos de medio minuto en subir o bajar las escaleras me tomase todos los dencansos de pantalla ( sí, esos que algunos acumulan para irse al bar) ahora seguramente tendría la voz tan ronca que sólo podría expresarme por medio de un blog. La intransigencia, y aún no sé por que no pongo "estupidez de la gente", maravillosa en cuanto a lo sorprendente de su volumen infinito, a llegado a, no sólo que haya empresas que no contraten fumadores, sino a que haya empleados a los que les parezca bien; pues bien, a todos ellos les digo, apoyando ese afán de enriquecer la productividad de sus compañeros, un par de cosas: primero, que miren en el espejo si realmente no les da tiempo sobrado en sus 8 horitas de realizar el trabajo ( a mí me gusta leer el periódico en el curro y no dejar nada para el día siguiente) y segundo, que amplíen ese ánimo a otros segmentos de la población; me explico, hay gente que no fuma (aunque ahora con la excusa de los cinco minutitos se lo plantean), pero que desgraciadamente su cerebro tampoco rinde todo el tiempo, así pues, deberíamos conectar unos bonitos sensores electromagnéticos a sus cabecitas y cada vez que la actividad cesase, se les propinara un bonito calambre o se les hiciera recuperar el tiempo, por otra parte está la gente que entiende que el cuarto de baño es un lugar de ocio, y siento criticar, pero eso sólo debería suceder en casa, propongo que se les ponga pañales. ¿os lo imaginais? todos con cablecitos por la cabeza y en pañales por la oficina, puede que no quede muy decoroso peros sería productivo y tal vez más gente dejase de fumar, concluyendo: espero que ese odio a la gente que fuma por su desmesurada ventaja para descansar, también se expanda hacia la gente con cistitis, narcisistas descontrolados que desgastan los espejos, cerebros fusilánimes, y por supuesto a la gente que escribe blogs desde el curro justo depués de subir de echarse un cigarrito.

2 comentarios:

  1. Anónimo2:38 p. m.

    En un pais donde la productividad media está a la cola de Europa, donde se premia más la asistencia a clase (trabajo, comidas familiares etc) y el peloteo al jefe que la calidad, intensidad y volumen real de trabajo. Donde está mal visto irse de la oficina antes de las 18.30h aunque te estés tocando los huevos y tu estad de nervios crezca exponenccialmente al numero de minutos desperdiciados de tu vida.
    Que esperabais fumadores? la osadía del fumador (hoy fumar es casi de valientes) está mal vista. La valentía en general está mal vista, no vaya a ser que se den cuenta de mi cobardía!!!!!

    Por suerte no fumo, pero tiemblo ante el dia que me prohiban beber agua en el trabajo por miedo a que acuda demasiadas veces al lavabo por culpa de este aire acondicionado (21 Cº?!?!?!) que me reseca la garganta.

    En fin...

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  2. Anónimo2:30 a. m.

    Venga coño. Dejad de mataros y gastaros el dinero del vicio en putas, por ejemplo, que al menos así conoceis gente.

    No recuerdo muchas sensaciones más agradables en 4 años de carrera que entrar en la cafetería a la 1 de la tarde, el primer día de clase de Enero y oler ¡a comida!

    Cosa que debe ser que los 3 y medio anteriores no habían hecho porque nunca lo había olido. no sé por qué...

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