21 agosto 2006

NATALICIOS

Parece ser que el día en que conmemoras que hace unos cuantos años tu madre (que no era virgen, en cuyo caso este escrito tendría otro nombre y unas dimensiones mucho mayores) se pasó horas y horas con un enorme dolor, mientras su vagina se dilataba hasta unas medidas desconocidas por la pornografía para después miccionar un cuerpo cubierto de sangre y una extraña baba a este mundo de mierda, debe ser un día de enorme alegría y alborozo, si tu vida es un valle de lágrimas y lo que tienes es cierto resentimiento hacia tus progenitores, lo entiendo, en caso contrario y por lo que me han dicho has de ponerte guapo (¡pero, coño, que es un cumpleaños, no la virgen de Lourdes!) y sobre todo pasarlo bien (¡como si fuera tan fácil!), y por supuesto, claro está, sentirte especial, y ésto último es algo que no termino de entender muy bien, si "especial" significa "pobre niño especial", cojonudo porque entonces significa que te has de embolingar hasta que hables como un niño subnormal y será bastante más fácil alcanzar la susodicha felicidad, pero si especial es sentirse como quien gana un premio por el mero hecho de invitar a unas cervezas y comprobar que nada de la ropa que te han regalado con la misma talla que el año pasado te vale porque estás gordo, entonces que les jodan, prefiero sentirme especial completamente borracho balbuceando palabras.
La auténtica putada está en el pesao del colega que te machaca con eso del cumple y de la importancia que tiene hasta que te lo llegas a creer y entonces, claro, la noche anterior ya estás nervioso y lo primero que haces es cargar el móvil y las pilas de la cámara, porque evidentemente te llamará un montón de gente que querrá quedar contigo para compartir ese día tan "especial" y lo que pasa es que los pocos colegas que salen ese día (vivimos en una sociedad corrupta de trabajo) se dan cuenta de que es tu cumple cuando el camarero te pasa la cuenta; ¡joder, pues sí que soy especial! y la única foto que sacas es la del vómito indeleble que dejó tu congénere en la puerta del bar...

Mañana contaré algo más, ahora tengo que ir a pagar la cuenta

3 comentarios:

  1. felicidades, que al final es lo que querías que hicieramos.

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  2. Lo cierto es que no, lo que me hubiese gustado es quedarme tomando birras con mis amigos, que de hecho, más o menos, fue lo que hice; pero considero que unas felicitaciones, no tienen mucho sentido por el mero hecho de seguir vivo.

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  3. Anónimo10:37 p. m.

    si soy el congénere que sólo se dio cuenta de tu cumpleaños a la hora de pagar y protagonista de la estampación en el betún del suelo te digo que te jodan.

    Por cierto gracias por (volver a) presentarme a Borges, el próximo día sí que voy al cajero e invito yo.

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